domingo, 18 de octubre de 2015

EL TIEMPO Y UN RECUERDO...

HOY hace 31 años...
Como medimos el paso del tiempo que ha pasado, el que hemos dejado pasar sin hacer, el que no hemos vivido...
Son quizá muchos años 31 desde que murió papá, depende de como se mire y de quién los mire.
Son muchos para recordar, en su corta enfermedad fue cuando lo conocí, casi nunca hablé con él o mejor dicho conversar como lo hacen los padres con sus hijos hoy en día de lo que sienten o ya no sienten, de lo que esperan o no de la vida, o al revés los hijos con los padres...
El derecho y el revés de todo y de la vida...
 
 
 Desde la calle de nuestra casa cerca del cementerio y de la plaza de EL ESPEJO, nuestra visión de los meses de nevada del Pico Bolívar era esta...

 

 
 En los tiempo de su enfermedad Mérida nuestra ciudad era otra a la que es hoy en día, desde la Calle 22 se llegaba al Hospital Universitario aproximadamente en 15 minutos...

 
 Y justamente fueron esos trayectos los que me permitieron conocer a papá, en las esperas y en los ratos de su tratamiento en el Hospital. Era un hombre muy reservado y casi nunca expresaba lo que sentía, aunque sintiera mucho. Así que paradójicamente lo conocí en esos malos momentos que me hicieron recuperar lo que yo hubiera deseado en mis días infantiles...

 
 Esta mañana recordando esta fecha, también me vino a la memoria la última vez que fui a Mérida...recordé la Catedral y la Plaza Bolívar y muy cerca de allí el Edificio del Rectorado. El eje que comunica a la ciudad con su entorno y su vida que no es otra que la Universidad...
Mérida es la Universidad, a nadie se le ocurre pensar a la ciudad aislada de su entorno...
Y fue esa Universidad donde estudié y me gradué, en donde trabajé muchos años, quien me invitó a hacer una Exposición en el año 2008 en su Galería de La Otra Banda.
Estas fotos pertenecen a ese año en que recorrí sus calles, los lugares que añoraba y sus alrededores.

 
 Recordé la Plaza de El Espejo. De anécdotas y miradas de nuestra infancia...
Por eso pienso que tanto los recuerdos como el tiempo que transcurre es tan subjetivo.

 

 
 Ya Mérida no es la que dejamos, tampoco es la de mis recuerdos, todo se va desvaneciendo en la distancia y en el tiempo...
En mi memoria permanece a través de estas fotos, así como permanecen tantos afectos que dejé atados para una próxima vez...
Así como permanece en mi memoria la imagen de papá alto y guapo, bien vestido y caminando esa calle 22 de camino a su trabajo en el Telégrafo.
Él no conoció más vida sino esa y levantar una familia, con muy pocas alegrías y muchas penas que siempre guardó muy bien guardadas y que nunca se atrevió a comunicar a nadie, ni siquiera a sí mismo...


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