Aunque ahora me abrace el mediterráneo, sigo siendo de montaña...este parque es un bosque encantado de una belleza inmensa, y aun falta mucho que andar...
La vegetación típica de montaña que se respira apenas se va entrando en su bosque de pinos, nos impide andar y andar de lo mucho que hay que observar, oler, tocar...escuchar.
Al fondo Alcoy...
Nos podemos topar con las fauces del lobo...
con puertas y ventanas destruidas y arrasadas por el tiempo...
con lo que fue en su tiempo, una antigua carbonera...
con escaleras que no están en la ruta, pero que hay que subirlas para saber a donde llegan...
No se pueden hacer muchos kilómetros pues la mirada se detiene a cada instante en tanta belleza...el atardecer a finales de agosto se presiente por la luz y el rojizo que deslumbra...
No hay comentarios:
Publicar un comentario